Por Anette Espinosa.
La Habana.- Cuatro personas se suicidaron en Cuba en menos de una semana. Pudo ser casual que coincidieran en tan pequeño espacio de tiempo, pero la cifra de los que se quitan voluntariamente la vida ha crecido en los últimos tiempos, como mismo aumentó la población penal tras los sucesos del 11 de julio de 2021, o los muertos en los meses de la pandemia, sin que el gobierno lo reconociera públicamente.
Cuando la pandemia, recuerdo, se ampliaron los cementerios de momento, no alcanzaban los ataúdes y se enterraron personas en un mismo hueco en la tierra, pero nunca las autoridades admitieron que los cubanos se morían por miles. Incluso ahora, nadie sabe con exactitud los verdaderos daños del coronavirus en la isla.
Era sencillo: una persona ingresaba con el virus, pero si 10 días después moría por un trombo o un paro, sin tener el virus, no contabilizaba. Una linda manera de hacer trampas, como siempre, para ocultar la verdad al mundo. Y con los suicidios sucede igual: por años se han manipulado los números, tal vez para dar la idea de país tranquilo, con personas contentas de la vida, sin sufrimientos extras, sin necesidades aparentes.
¿Cómo es eso de que en el paraíso la gente se quita la vida? No, hombre, no: Cuba es el edén y la gente acá vive muy bien para suicidarse. A nadie se le ocurriría adelantar el momento de su muerte y mucho menos hacerlo de manera voluntaria. Pero la realidad es otra.
Hace unos días, seis exactamente, se quitó la vida el director del Grupo Empresarial de Comercio Camagüey, Michel Amodia Ferrer. Era un hombre joven y se lanzó de una torre de alta tensión para ponerle fin a sus días, cualquiera sabe por qué motivos. Sin embargo, se supo de su fallecimiento porque las redes sociales hacen en Cuba la labor que los medios oficiales tienen prohibida.
El pasado domingo, en un calabozo de la estación de policías del municipio villaclareño de Placetas, se suicidó Aisel Roque Rivero, de apenas 18 años, y participante un año y medio antes en las manifestaciones del 11 de julio, las cuales pusieron a punto de mate al régimen castrista, al extremo de que tuvo que sacar a la calle a sus hordas, y a sus tropas de élite.
Según publicaciones en redes sociales, había sido acusado por su expareja de “violación de domicilio y amenaza con arma blanca, por ‘problemas pasionales’”. Pero igual, decidió terminar con su vida de una manera violenta, aunque su padre, que aparece en Facebook como Yoan Roke, dice estar seguro de que fue un asesinato, porque la versión policial deja muchas lagunas.
Entre estas, señala que los agentes dicen que se ahorcó con el forro de un colchón, y el progenitor aclara que los colchones del lugar son de espuma y no tienen forros. Todo eso para más dudas.
Y el último caso ocurrió este martes en La Habana, justo en San Juan de Dios y Monserrate, cuando una mujer, supuestamente, se lanzó de un balcón
“Este martes comienza con un presunto suicidio en La Habana. Una mujer aparentemente se lanzó del balcón de su vivienda. Esto ocurrió en San Juan de Dios entre Villegas y Monserrate, mientras otro se lanzó de un piso alto en el edificio Girón, ubicado en F y Maleón, en el Vedado.
De cualquier manera, en Cuba abundaron siempre los suicidios. Incluso entre la clase alta, los apegados al poder, muchos se suicidaron, o los «suicidaron». Entre ellos el expresidente Osvaldo Dorticós, Haydée Santamaría, Nilsa Espín -cuñada de Raúl Castro- y hasta jorge Enrique Mendoza, otrora director de Granma, por solo mencionar unos pocos.
A nivel mundial, Cuba no aparece entre los países con más alto índice de suicidios, incluso ni en América, donde las cifras más elevadas corresponden a Guyana, Surinam, Uruguay, Estados Unidos y El Salvador, en algunos casos provocado por el fácil acceso a las armas de fuego. Pero ya sabemos que los informes de Cuba suelen no ser confiables.
Mientras en el mundo los índices tienden a la baja, en América crecieron en los últimos años, según la OMS. con África como el continente más afectado, con seis países entre la decena de más casos por cada 100 mil habitantes.
Cuba tuvo un pico de 17.2 suicidios por cada 100 mil habitantes en 2000, pero esa cifra comenzó a bajar y llegó hasta 12.2 en 2007, y, luego de altibajos, subió a 14.5 en 2019, según la OMS, dos años antes de que el ministerio de Salud cubano dijera que ese año, 2021, fue de 13 por cada 10 mil personas.
Suicidios en Cuba: cuatro en una semana
