Por Fernando Clavero
La Habana.- Hace unas horas, tal y como estaba previsto, se realizó en Cuba la elección de candidatos a diputados a la Asamblea Nacional. La farsa, orquestada para aparentar que en Cuba hay comicios, transparencia y democracia, siempre termina por elegir a los mismos, aunque algunos de esos sean incapaces de aportar nada. Pero eso no interesa a la cúpula gobernante: basta con un candidato que levante la mano y no dé la nota discordante jamás.
La víspera, en una asamblea en Cárdenas, donde nació, eligieron a Elián González como candidato, tal vez con la intención de sustituir al aburrido Yusuam Palacios, uno de los memes habituales que usó el castrismo en su ridículo andar durante los últimos años.
En Cárdenas, según una nota de Radio Reloj, además de Elián, el niño balsero al que el gobierno ha llevado de la mano desde que regresara a Cuba luego de una intensa batalla legal en Estados Unidos, a principios de siglo, nominaron a un general de división, el jefe del Ejército Central, y a dos o tres más cuyos nombres no dicen nada, como tampoco dirán ellos, incluido Elián y el nombrado militarote.
Cuba va a reducir a 470 los escaños del Parlamento, porque 605, de pronto, les parecieron muchos a la dictadura, y porque cada vez quedan menos ancianos a los que hay que ofrecerles un curul, y porque ya fallecieron Melba Hernández, José Ramón Fernández, y un grupo de nonagenarios que reclamaban no quedar fuera e iban a la referida asamblea a dormir (y eso de que reclamaban no es invento mío: lo contó Fidel Castro en una ocasión en público).
Todavía quedan algunos, como José Ramón Machado Ventura (Guantánamo), que después de haber dejado su cargo de segundo secretario, se toma las atribuciones de ir por los campos, con su camisa de cuadros y su gorrita, a intentar enseñar a los campesinos a sembrar yuca o boniato, o a exigirles que entreguen las cosechas al sistema de acopio, uno de los engendros del castrismo.
También estarán los comandantes de la revolución Ramiro Valdés y Guillermo García, tan nonagenarios como Raúl Castro, a cuya elección como candidato le dieron los medios cubanos bombo y platillo, como si hubiera sido una sorpresa mayúscula, cuando todo el mundo sabe que estaba y estará. Incluso, me parece extraño que no hubieran elegido a Fidel, a pesar de llevar años muerto.
En Cuba no hace falta parlamento, pero la dictadura lo usa para lavarse la cara, que no las manos, porque las manos desde hace mucho tienen manchas de sangre que no son fáciles de eliminar. Y, al final, los elegidos solo acuden al Palacio de las Convenciones o, ahora, creo, al Capitolio a levantar la mano al unísono o a tomar notas a la vez, al más puro estilo de los singraphos griegos, encargados de dejar constancia de todo, como si no fuera más fácil revisar un vídeo.
Como siempre, Raúl Castro fue escogido por Segundo Frente, un municipio de Santiago de Cuba; el impuesto presidente Miguel Díaz Canel, por Santa Clara; el actual presidente de la Asamblea, Esteban Lazo, por Arroyo Naranjo, en la capital. No podía faltar Mariela Castro, escogida por Plaza.
En mi búsqueda matutina no encontré el nombre de Humberto López, sobre todo porque aún no aparece la relación de candidatos, como si no se conocieran de antemano. Eso sí: no lo escogieron en Cárdenas, tampoco en su natal Colón, ni en los cercanos municipios de Los Arabos o Pedro Betancourt. Aunque pudiera ser por Ciénaga de Zapata, Sierra de Cubitas o Camajuaní. ¿Qué más da?
El más detestable de los voceros del régimen ha escalado dentro del sistema cubano, y ya en abril de 2021, fue incluido en la nómina del comité central del partido comunista.
Quien si está es Arnaldo el del Talismán, otro que le ha hecho el juego a la dictadura y ha sido incapaz de ponerse del lado de los que pasan hambre y sufren necesidades de todo tipo. Claro, a él le permitieron hacerse de una casa enorme en La Habana. Y eso hay que pagarlo.
En marzo se presentarán oficialmente los diputados, todos, porque para no entrar en el grupo de 470, alguno tiene que coger menos del 50 por ciento de los votos en el lugar donde lo propusieron, algo que es casi imposible e impensable, sobre todo porque los encargados de las votaciones saben muy bien cómo manejar esas cosas.
La Asamblea, una vez creada, reelegirá a Díaz Canel como presidente por otro quinquenio, entre otras cosas. Así que ya sabemos: a esperar memes!
