MINCULT y MINTRANS, con asesoría del MINED. Una fusión inexplorada.

ARCHIVOSMINCULT y MINTRANS, con asesoría del MINED. Una fusión inexplorada.
Por Ramón Muñoz Yanez
Islas Canarias, España.- Siempre creí que todo se despilfarra en Cuba. Un cubano de a pie pasa unas 3 horas promedio al día en una parada de ómnibus. 3 horas x 5.5 días a la semana x 4 al mes y x 52 semanas al año. Es decir, el cubano promedio está en una parada 3432 horas anuales y si la esperanza de vida en la isla es de 79,74 años, ello implica que un cubano que no emigre, pasa 273 667. 68 horas de su vida esperando un ómnibus. Es decir, lo del cubano desquiciado, sexópata, erótico, un adicto a la satiriasis, un pene bípedo, un bailarín de salsa, es una leyenda urbana, un cubano es en esencia un esperador de guaguas.
Puede ser una imagen de 15 personas, personas de pie y al aire libre
El Ministerio de Cultura y el de Transporte debían fundirse, incluso podrían asesorarse con el Ministerio de Educación (MINED). Las paradas de ómnibus tienen que dejar de ser esos sitios de desahogo lingüístico («¿Cuándo cojones llego a casa?», «Coño, me cago en la madre de quien tú sabes?» «¿De quién?» «Tú sabes bien de quien»), esos espacios de entrenamiento de carteristas, etc. para convertirse en sitios de interés cultural.
Las paradas deben llenarse de butacas que a un precio módico, incluido en el pago del pasaje, permita asistir a una obra de teatro, una ópera e incluso dotado ese espacio con entre seis y veinte pupitres, donde los hijos de los que esperan la guagua, puedan realizar los ejercicios de las tareas escolares. Pueden incluso poner tres cabinas privadas individuales que se pagarían en moneda libremente convertible, divisas, para ver lo que desee el cliente, un filme de acción, una comedia o ya pensando en algo más sofisticado, se le pueden añadir dos cabinas con cristales tintados para filmes pornográficos, claro, también en dólares.
Una parada de guagua es un sitio cultural aún por explotar. 273 667. 68 horas que de molestas, incómodas y de pensamientos genealógicos con respecto a los dirigentes del país, bien pudieran convertirse en ocio y esparcimiento. El cubano medio es adicto a las novelas. ¿Acaso una cubana dejaría un capítulo de una novela turca o brasileña a medias, aunque llegara su ómnibus? Ni pensarlo. Esperaría otro bus. ¿De quién sería la culpa? Del MITRANS, no. Él sería el responsable.
Las paradas han de aprovecharse en una fusión entre el MITRANS, el MINCULT y el MINED. Incluso el MININT (Ministerio del Interior) podría colaborar con dos policías y veintidós chivatos por paradas, detalle fácilmente realizable gracias al país del trópico con más chivato y envidioso por metro cuadrado.
En realidad yo dejaría las paradas como están, incluso si me permitiera ir a Cuba, haría un tours por paradas de guaguas, porque debe ser fascinante observar los rostros de tanto anciano al que Fidel Castro les hizo entregar toda su juventud en zafras, maniobras de milicianos, domingos de la defensa y guardias de CDR, mientras el cenaba langostas y degustaba un Vega Sicilia de 700 euros la botella, mientras todos esos comemierdas gritaban: Pa´lo que sea Fidel , pa lo que sea!
Es fantástico, orgásmico, hipnótico y fascinante ver a tanto viejo comemierda esperar una guagua durante tres horas diarias. Al menos yo, lo gozo. No obstante, aporto ideas constructivas. No quiero que termine el comunismo en Cuba, que lo disfruten.
R.Muñoz.

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