Por Anette Espinosa
Fernando Bécquer está en prisión. Según fuentes que citan a algún tribunal de Centro Habana, la pena que debía cumplir en su casa la tendrá que saldar en un centro penitenciario. Nadie sabe en qué lugar está esa cárcel, pero es lo que dicen, y como en Cuba las informaciones siempre salen mutiladas o intencionadas, toca creer que el trovador está tras las rejas.
El cambio de régimen penitenciario para el hombre que fue acusado por más de 30 mujeres por acoso sexual o abuso lascivo deja un sinfín de interrogantes. Y alguna de las cuales valdría la pena traerlas acá para que nos demos cuenta de cómo funciona el sistema judicial cubano o hasta qué punto se creen intocables ciertas personas, solo porque le halan la leva al régimen.
Bécquer, que de buen trovador no tiene nada, lo mismo que de poeta, pensó siempre que por decir que lo acusaban como parte de la campaña contra un grupo de artistas alineados con la revolución, no iba a tener problemas. Con esos argumentos enfrentó a personas en la calle y se pronunció en redes sociales. Algo así como que salió fortalecido de un juicio donde, al parecer, no le probaron nada, y le probaron todo. Una situación que me recuerda aquella frase de Fidel Castro sobre su hermano tras el escándalo por lo del general Arnaldo Ochoa en 1989.
Si no le probaron nada, ¿por qué lo sancionaron a prisión domiciliaria? ¿Y si le probaron algo, por qué no fue, en primera instancia a una cárcel, con una pila de años a cuesta? Yo no tengo la respuesta y tal vez nunca la sepamos, pero hubo incongruencias ahí. Sin embargo, las cosas comenzaron a andar mal para el hijastro de Santiago Álvarez, quien fuera por muchos años director del Noticiero ICAIC Latinoamericano.
Al parecer, y conociendo bien cómo funcionan las cosas en Cuba, en las altas esferas se hartaron del llamado músico y del Departamento Ideológico le pidieron a la cúpula de la FMC que se pronunciara sobre el ‘caso Bécquer’, y ahí mismo estalló todo para el amigo de Ray Fernández.
Acto seguido, la primera dama apeló al twitter y Fernando Bécquer fue a la cárcel. Bastó un comunicado de la organización femenina, que no se pronunció cuando decenas de mujeres acusaron al hombre, y un twitt de la esposa del presidente para que lo pusieran tras las rejas.
Nada, que el hombre de la guitarra, ese que dijo en tv «cuando te veo con el blumer roto, se me para el cohete con los dos pilotos», pasará una temporada en prisión, purgando sus penas. No sabemos cuánto tiempo estará, pero casi seguro de que será mucho menos del que merece. Sino, vivir para ver…
El cambio de régimen penitenciario para el hombre que fue acusado por más de 30 mujeres por acoso sexual o abuso lascivo deja un sinfín de interrogantes. Y alguna de las cuales valdría la pena traerlas acá para que nos demos cuenta de cómo funciona el sistema judicial cubano o hasta qué punto se creen intocables ciertas personas, solo porque le halan la leva al régimen.
Bécquer, que de buen trovador no tiene nada, lo mismo que de poeta, pensó siempre que por decir que lo acusaban como parte de la campaña contra un grupo de artistas alineados con la revolución, no iba a tener problemas. Con esos argumentos enfrentó a personas en la calle y se pronunció en redes sociales. Algo así como que salió fortalecido de un juicio donde, al parecer, no le probaron nada, y le probaron todo. Una situación que me recuerda aquella frase de Fidel Castro sobre su hermano tras el escándalo por lo del general Arnaldo Ochoa en 1989.
Si no le probaron nada, ¿por qué lo sancionaron a prisión domiciliaria? ¿Y si le probaron algo, por qué no fue, en primera instancia a una cárcel, con una pila de años a cuesta? Yo no tengo la respuesta y tal vez nunca la sepamos, pero hubo incongruencias ahí. Sin embargo, las cosas comenzaron a andar mal para el hijastro de Santiago Álvarez, quien fuera por muchos años director del Noticiero ICAIC Latinoamericano.
Al parecer, y conociendo bien cómo funcionan las cosas en Cuba, en las altas esferas se hartaron del llamado músico y del Departamento Ideológico le pidieron a la cúpula de la FMC que se pronunciara sobre el ‘caso Bécquer’, y ahí mismo estalló todo para el amigo de Ray Fernández.
Acto seguido, la primera dama apeló al twitter y Fernando Bécquer fue a la cárcel. Bastó un comunicado de la organización femenina, que no se pronunció cuando decenas de mujeres acusaron al hombre, y un twitt de la esposa del presidente para que lo pusieran tras las rejas.
Nada, que el hombre de la guitarra, ese que dijo en tv «cuando te veo con el blumer roto, se me para el cohete con los dos pilotos», pasará una temporada en prisión, purgando sus penas. No sabemos cuánto tiempo estará, pero casi seguro de que será mucho menos del que merece. Sino, vivir para ver…